Después de una larga noche de descanso, en la limpia, pulcra y sencilla cabaña que el Señor Alban creo con sus artes arcanas, los viajeros disponen a equiparse para tomar el largo camino de vuelta a casa, a la vez que miran que los cabellos canos se tornaron castaños que las arrugas que acompañaron sus ojos lo abandonaron. Cada uno de ellos disfruta la puesta de sol, que a lo lejos se vislumbra iluminando con sus sombras majestuosas a el gran puente de piedra gris, que cobija el gran rio meridional, el campamento que se ubica en una pequeña ladera que da acceso al gran camino, es custodiado por los guardias que ríen discretamente alrededor de un pequeño fuego, que cuentan historias, acompañados por una gran marmita que un señor que está preparado un potaje, el seque viste unas ropas bastante decentes, Jericó se acerca y después de unas palabras ya están jugando dardos o dagas, Alban en la cabaña, lee cuidadosamente cada una de las palabras en su gran libro, mientras Helmm y Helgof roncan en los camastros perfectamente acomodados, mientras Eila recostada en sus hombros mira por una de las ventanas protegidas por unas cortinas hermosas rojas de terciopelo bordadas con hilo blanco hacia el inmutable caudal del rio, el aire frio se filtra, y Helgof se despierta poco a poco, en lo que las voces de guerra se oyen a lo lejos atravesando el puente, los aventureros se ponen en guardia y a lo lejos, son unos viajeros que llegan de varias caravanas y que fueron atacados por creaturas a través de los arboles en el camino desde Bizarag.
Entre los recién llegados solo resalta una persona a los ojos de los aventureros es un hombre de edad joven, que tiene tapado los ojos pero que se mueve con gran facilidad, este hombre se presenta con un comandante manifestando que desearía ayudar a la gente con sus habilidades de curación, el comandante le agradece cordialmente y el hombre desconocido intenta ayudar a un grupo d heridos pero al momento de presentarse con los curanderos con palabras rudas y de poca educación lo limitan a caminar entre el campamento, Jerycho que observaba desde una esquina de casa de campaña se acerco y se presento,
Entre los recién llegados solo resalta una persona a los ojos de los aventureros es un hombre de edad joven, que tiene tapado los ojos pero que se mueve con gran facilidad, este hombre se presenta con un comandante manifestando que desearía ayudar a la gente con sus habilidades de curación, el comandante le agradece cordialmente y el hombre desconocido intenta ayudar a un grupo d heridos pero al momento de presentarse con los curanderos con palabras rudas y de poca educación lo limitan a caminar entre el campamento, Jerycho que observaba desde una esquina de casa de campaña se acerco y se presento,
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