Poco tiempo pasó para que el nuevo hombre vestido con sus ropas clericales, y su bonanza se presentara con los Aventureros, y estos le ofrecieran un lugar en su largo camino, a lo que aceptaron todos tranquilos, mientras los dientes de la cordillera Noroccidental se tendían a lo lejos, el camino a seguir hasta su destino final, la Ciudad de que vio nacer y crecer a Helmm, los aventureros se prepararon antes de partir: Jerycho se ataviaba con sus armas y escudos, Barragán preguntaba entre los viajeros y los guardias por especias y/o recetas nuevas, Alban se preparaba mentalmente, mientras desasía su casa arcana, Eila observa sigilosa los movimientos de los hombres y de las caravanas, Helgoff quitaba el lodo y sangre seco de sus armaduras, armas y escudos a la par de Helmm, La única orden que recibieron antes de partir es que se viaja de noche y no más de una jornada. Los aventureros listos dejaban atrás el campamento casi a la orilla del rio que protegía el gran puent